_01 LA PARADOJA DE LA ABUNDANCIA

Diamantes, oro, coltán, estaño, cobre, gas, petróleo... Estos recursos minerales o fósiles, de gran valor, abundan en países muy pobres, a menudo más pobres que los países que no los tienen. ¿Por qué las sociedades con una naturaleza más rica son justamente aquellas con una economía más miserable?

Esta situación, conocida también como la “paradoja de la abundancia”, tiene una triste lógica. Estos recursos naturales cuando se exportan proporcionan inmensas fortunas y, al mismo tiempo, son fáciles de controlar, a través de la fuerza, por parte de una minoría del país en que se encuentran. De aquí que la pugna por su control derive con frecuencia en guerras civiles o en dictaduras.

Las multinacionales de los países ricos interesadas en explotarlos, en algunos casos, sostienen estos conflictos o a estos dictadores desde la sombra. En otros, obtienen sus derechos de explotación a base de sobornos, facilitados por administraciones corruptas herederas del sistema colonial. A veces, provocan desastres ambientales durante el proceso de extracción.

Por otro lado, estos recursos normalmente tienen precios sumamente inestables en los mercados internacionales. Además, su exportación incrementa el valor de la moneda local, perjudicando así al resto de sectores exportadores.

La suma de todos estos problemas ha hecho que alguien hable de la “maldición de los recursos naturales”. ¿Es una fatalidad contra la que no se puede hacer nada? ¿O es la consecuencia de malas decisiones que se pueden evitar? Una parte muy importante de la pobreza mundial se podría erradicar si fuésemos capaces de acabar con esta maldición.