_04 LAS PATENTES, ¿ENEMIGAS DE LA INNOVACIÓN?

Un sistema de patentes que no proteja de modo suficiente los descubrimientos frena la innovación y la investigación. Pero un sistema que los proteja de modo excesivo, también las perjudica. Nadie dice que sea fácil conseguir este equilibrio. Lo que dice mucha gente –algunos economistas, los gobiernos de los países pobres y emergentes o los movimientos sociales de todo el mundo– es que hoy este sistema está desequilibrado en favor de las empresas de las cuales depende la investigación.

Como explica Stiglitz: “Siempre existirá la necesidad de equilibrar el deseo de los inventores de proteger sus descubrimientos, y los incentivos a los que esa protección da pie, y las necesidades del ciudadano, que se beneficia de un acceso más amplio al conocimiento, lo que, en consecuencia, redunda en un incremento de las propias innovaciones.” De hecho, el mismo autor afirma de manera contundente que: “Como impiden la difusión y el aprovechamiento del saber, (...) y puesto que casi todas las innovaciones surgen de innovaciones anteriores, las patentes ralentizan el progreso tecnológico global.”


      

“La innovación es importante; ha transformado la vida de todos los habitantes del planeta. Y las leyes de la propiedad pueden y deben estimularla. (...) Pero los regímenes de propiedad intelectual mal diseñados no sólo reducen el acceso a los medicamentos, sino que además redundan en una menor eficiencia de la economía y pueden, incluso, ralentizar el ritmo de las innovaciones con efectos enervantes, y particularmente graves en los países en vías de desarrollo.” 

“Las universidades crecen cuando la información fluye libremente, cada investigador aprovecha con prontitud el trabajo de otros, muchas veces incluso antes de que se hayan publicado. Si cada vez que un investigador tuviera una idea corriera a la oficina de patentes, pasaría más tiempo allí –o con sus abogados- que en su laboratorio.”

Stiglitz, J.E.: Cómo hacer que funcione la globalización


 

“Una normativa de propiedad intelectual equilibrada presta atención no sólo a los intereses empresariales, sino a los de la ciencia y los de los consumidores. Las compañías farmacéuticas sostienen que, sin una fuerte protección de la propiedad intelectual, carecerían de incentivos para investigar y que, sin investigación, los fármacos que las empresas de los países en vías de desarrollo desean imitar no existirían. Pero con este tipo de argumentación, las empresas farmacéuticas falsean la realidad. El líneas generales, los críticos de la actual normativa de propiedad intelectual no sugieren la abolición de la propiedad intelectual; afirman, simplemente, que es necesario encontrar un régimen de aplicación más equilibrado.”

Stiglitz, J.E.: Cómo hacer que funcione la globalización